Los expertos descubrieron un porta jarras y una cesta escondidos en el famoso cuadro “La lechera” del maestro holandés del siglo XVII Johannes Vermeer, sobre los que luego pintó, anunció el jueves el Rijksmuseum de Ámsterdam.

Los “sorprendentes” descubrimientos en la obra de más de 350 años aportan una nueva luz sobre los métodos del elusivo artista, antes de la mayor exposición jamás realizada de su obra, prevista para 2023 en ese museo.

Las técnicas avanzadas de digitalización revelaron que bajo la pared blanca lisa que resalta la ropa amarilla y azul brillante de la lechera, Vermeer había pintado inicialmente detalles adicionales.

“Esto revela un nuevo Vermeer inesperado. Es sorprendente”, destacó Gregor Weber, director de Bellas Artes del Rijksmuseum, en una conferencia de prensa.

Estos cambios significan que la figura emblemática de la lechera, vista en el cuadro vertiendo un filete de leche de una jarra de terracota, “se alza ante nosotros de una manera mucho más monumental”, señaló.

Los investigadores sabían, gracias a las radiografías realizadas hace una decena de años, que había objetos ocultos bajo las capas de pintura de “La lechera”, sin saber cuáles.

– Demasiado cargado –

Uno de los hallazgos más importantes es que el artista había esbozado en la pared, justo detrás de la cabeza de la lechera, un soporte de madera para jarras.

Se había pensado que podría haber sido una chimenea. Pero una nueva técnica, llamada “reflectancia infrarroja de onda corta”, mostró claramente los detalles de las jarras y del soporte de madera.

Habitualmente utilizada para inspecciones industriales y con fines militares, la técnica produce imágenes en “falsos colores” que muestran el boceto en azul, cuando en realidad fue hecho con pintura negra.

El museo utilizó métodos similares para descubrir el proceso creativo detrás de “La ronda nocturna” de Rembrandt y de “La joven de la perla” de Vermeer, pintor del que no queda ningún dibujo o estudio.

“Lo que descubrimos con “La lechera” es que, al principio, no había una pared blanca muy bonita detrás. No, había un estante colgado con jarras”, indicó a AFP Taco Dibbits, director del Rijksmuseum.

Después de reflexionar, Vermeer pensó: “Es una composición demasiado cargada, voy a pintarla”, afirma Dibbits.

– Menos, es más –

Los expertos hicieron otro descubrimiento clave. Un contorno sombreado, previamente visto, puede considerarse ahora como una “cesta”, tejida de sauce, utilizada en aquella época para airear la ropa.

Los investigadores también encontraron una gruesa línea de pintura negra “aplicada a toda prisa” debajo del brazo izquierdo de la lechera, lo que demuestra que Vermeer aparentemente había hecho un boceto inicial rápido.

Todos los objetos y detalles fueron pintados por el artista en su búsqueda de la perfección.

El soporte de la jarra fue reemplazado por la pared de un blanco brillante, mientras que la cesta se convirtió en un calentador de pies mucho más pequeño.

Según los expertos, los cambios que realizó serán cruciales para sus obras posteriores, pintadas con simples bloques de color y un juego de luces y sombras. Como por ejemplo su emblemático cuadro “La joven de la perla”, que también formará parte de la exposición.

“Aprendió que menos es más”, comenta Weber.

La exposición -prevista del 10 de febrero al 4 de junio de 2023- reunirá 27 de las 35 obras del pintor, provenientes de museos de todo el mundo.

Poco se sabe sobre Vermeer (1632-1675), que vivió una vida modesta en la ciudad histórica de Delft, durante la “edad de oro” holandesa de la pintura.

“Será la primera y última vez que el público podrá ver 27 Vermeer juntos”, subraya Dibbits.

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© Agence France-Presse

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