Gran parte de Ucrania, incluida su capital, Kiev, seguía este jueves sin electricidad ni agua tras nuevos ataques rusos contra infraestructuras energéticas, en momentos en que se asienta el invierno.

Nueve meses después del inicio de la invasión rusa y cuando se acerca el invierno, millones de ucranianos pasarán el jueves sin electricidad y con frío, aunque las autoridades esperan que la situación mejore antes de que caiga la noche.

Las tres centrales nucleares bajo control de Kiev fueron conectadas de nuevo a la red y deberían volver pronto a abastecer a los hogares, privados de electricidad, así como a los sistemas de distribución de agua.

Se trata de las centrales de Jmelnitski y Rivne (oeste) y de la central de Pivdennoukrainsk (sur), que fueron desconectadas por el sistema de protección automática tras los ataques rusos que afectaron a muchas instalaciones eléctricas ucranianas.

“Si no hay nuevos ataques, podremos reducir significativamente la falta de electricidad en el sistema energético al final del día”, dijo el ministro de Energía, German Galushchenko.

En el conjunto del país, “la situación es en general difícil”, pero en algunas regiones “el suministro de electricidad ya ha aumentado”, dijo, señalando que “las infraestructuras críticas en todo el país” habían sido reconectadas.

Por su parte los militares rusos negaron el jueves haber realizado ataques contra Kiev la víspera, afirmando que los daños en la capital ucraniana habían sido causados por misiles antiaéreos “ucranianos y extranjeros”.

Ucrania “tiene todas las oportunidades para resolver la situación, cumplir con las demandas de Rusia y, como resultado, terminar con todo posible sufrimiento de la población civil”, dijo el portavoz del Kremlin Dmitri Peskov.

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