Israel relajó este martes un poco más las restricciones sanitarias impuestas para luchar contra el covid-19, pero mantiene condiciones drásticas para la llegada de viajeros, anunció el Ministerio de Salud.

El país, que desarrolló una campaña de vacunación masiva, permanece cerrado a los no ciudadanos, excepto aquellos con exenciones por razones profesionales o familiares imperativas.

A todos los viajeros que llegan al país se les impone una cuarentena de 14 días, que termina solo después de un test serológico que acredite la vacunación o suficiente inmunidad.

Las otras restricciones en la vida cotidiana fueron suprimidas.

El martes se canceló la presentación del “pasaporte vacunal” para ir, por ejemplo, a un restaurante o un hotel, así como los límites de asistencia para establecimientos abiertos al público.

El ministro de Salud, Yuli Edelstein, indicó que el uso de la mascarilla, todavía obligatorio en los lugares cerrados y el transporte público, podría cancelarse “en dos semanas”.

Los niños, no vacunados, deben seguir por el momento usando la mascarilla en la escuela.

De los 9,3 millones de habitantes de Israel, más de cinco (55% de la población) ya recibió las dos dosis de vacuna.

Israel lanzó una gran campaña de vacunación a finales de diciembre mediante un acuerdo con el gigante farmacéutico Pfizer que entregó millones de dosis a cambio de datos sobre los efectos de la vacunación a partir de las bases de datos del sistema sanitario.

Este martes Israel comunicó cuatros contagios adicionales en las últimas 24 horas contra más de 10.000 en el punto más alto de la epidemia.

     

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