India, segundo país más afectado por el covid-19 después de Estados Unidos, afronta una grave crisis sanitaria con más de 2.000 muertos y cerca de 300.000 nuevos casos en las últimas 24 horas, y una penuria de tratamientos y de oxígeno.
El país más poblado del planeta después de China, con más de 1.300 millones de habitantes, suma un total de 15,6 millones de contagios y 182.553 muertos desde el inicio de la pandemia.
Y en las últimas 24 horas se registraron 295.000 nuevos casos, unos números comparables con los registrados en Estados Unidos en enero, y 2.023 fallecidos, según indicó el ministerio de Salud.
Todo ello obligó al primer ministro indio, Narendra Modi, a intervenir por primera vez en la televisión desde la explosión de estas cifras.
El primer ministro reconoció que India libraba “una vez más una gran batalla”. “La situación estaba bajo control hace unas semanas y la segunda ola llegó como un huracán”, explicó Modi.
Este recrudecimiento con cerca de 3,5 millones de nuevas contaminaciones desde principios de abril es imputada en especial a una “doble mutación” del virus.
– Masivas aglomeraciones –
A pesar de sus ciudades superpobladas y un sistema de salud en ruinas, India había sufrido relativamente poco de una pandemia que ya mató a más de tres millones de personas en el mundo.
Pero varias manifestaciones multitudinarias favorecieron en las últimas semanas la circulación del coronavirus.
Millones de personas participaron en el festival religioso hindú Kumbh Mela, en actos políticos, lujosas bodas y eventos deportivos.
Según la prensa, la producción de medicamentos esenciales contra el coronavirus se ha desacelerado e incluso suspendido en algunas fábricas y se han retrasado las licitaciones para las fábricas de producción de oxígeno.
Hoy en día, los angustiados familiares de los enfermos se ven obligados a pagar precios exorbitantes en el mercado negro por medicamentos y oxígeno, y los grupos de WhatsApp están inundados de llamados desesperados pidiendo ayuda.
El primer ministro de Delhi, Arvind Kejriwal, que el martes se confinó debido a que su esposa dio positivo, tuiteó el martes por la noche que algunos hospitales de la megalópolis tenían “sólo unas pocas horas de oxígeno de reserva”.
– Graves penurias –
El ministro de Salud de esta capital de 25 millones de habitantes, Satyendar Jain, exhortó al gobierno federal a “restablecer la cadena de suministro de oxígeno para evitar una crisis mayor”.
Los hospitales del Estado de Maharashtra, en el oeste de país, y de su superpoblada capital, Bombay, epicentro del brote de coronavirus, sufren también grandes penurias, según la prensa.
“La mayoría de los pacientes son reenviados a sus casas porque no tenemos bastante oxígeno ni Remdesivir para tratarlos” explica Harish Krishnamashar, médico en el Ramaiah Medical College Hospital, en Bangalore (sur).
India ha administrado más de 130 millones de vacunas hasta ahora y, a partir del 1 de mayo, todos los adultos podrán ser vacunados.
Entretanto, los diferentes Estados del país han impuesto diferentes medidas de restricciones: desde el lunes por la noche, Delhi está confinada por una semana, todas las tiendas no esenciales están cerradas en el Maharashtra y el Estado de Uttar Pradesh, que cuenta con 200 millones de habitantes, impone un confinamiento durante el fin de semana.
El confinamiento de Delhi ha incitado a decenas de miles de trabajadores migrantes a huir de la megalópolis, recordando la crisis humana y económica del año pasado.
Estados Unidos decidió desaconsejar los viajes a India, incluso a personas completamente vacunadas, mientras que el Reino Unido agregó el país a la “lista roja”.
Hong Kong y Nueva Zelanda suspendieron los vuelos procedentes de India.
© Agence France-Presse