Portugal, país de Europa con mayor porcentaje de ciudadanos vacunados, restableció este miércoles varias restricciones para intentar frenar el resurgimiento de la pandemia y lanzó una nueva campaña de inmunización.

Tras vacunar al 85% de su población desde comienzos de octubre, lo que constituye todo un éxito, las autoridades lanzaron otra carrera contrarreloj para inocular una dosis de refuerzo a casi el 20% de la misma antes de las vacaciones navideñas.

Pero, sobre los 1,8 millones de personas mayores de 65 años aún faltan 600.000, de acuerdo a un informe brindado el martes de noche por la Dirección General de Salud.

Testimonio de la voluntad del gobierno socialista de Antonio Costa de acelerar la campaña de vacunación, simultáneamente a la entrada en vigencia de nuevas restricciones, el mayor centro de vacunación abría sus puertas este miércoles en Lisboa.

Instalado en un gran pabellón del principal sitio de exposiciones de la capital portuguesa, éste duplicaría la capacidad de inoculación, permitiendo administrar diariamente hasta 6.000 dosis de vacunas anti-covid y 3.000 contra la gripe.

“Corrimos un largo maratón para finalizar la campaña de vacunación con un resultado excelente”, comentó a la AFP el neumólogo Filipe Froes, responsable del gabinete de crisis por covid-19 de la Orden de Médicos del país ibérico.

– Mascarillas y pases sanitarios –

“Por supuesto que estamos agotados, pero inclusive creo que deberíamos haber empezado a administrar las dosis de refuerzo antes”, añade.

Gracias a una de las tasas de vacunación entre las más altas del mundo, Portugal experimentó un repunte de la pandemia más tardío y menos acentuado que otros países.

El número de nuevos casos diarios aumentó de manera considerable en un mes. Este indicador, al igual que la cantidad de personas hospitalizadas, se acerca al tope alcanzado durante el pasado verano (boreal) con la llegada de la variante Delta.

Deseoso de evitar el escenario de desastre provocado en el invierno anterior por la variante Alfa –en tanto fueron convocadas elecciones legislativas anticipadas para el 30 de enero–, el gobierno portugués hizo lo mismo que en la mayoría de países europeos, restablecer una serie de medidas sanitarias.

A partir de este miércoles, volvió a ser obligatorio el uso de mascarillas en todos los recintos cerrados, en tanto el pase sanitario debe mostrarse al entrar a restaurantes, hoteles y pabellones deportivos.

Además, para acceder al país desde el exterior no será suficiente portar un certificado de vacunación, sino que también prueba de un test negativo o de restablecimiento tras sufrir covid-19.

– Ómicron ya detectada –

Para frenar los contagios que puedan darse en las fiestas de fin de año, el primer ministro Antonio Costa anunció además medidas más severas desde la primera semana de enero: extensión de vacaciones escolares, teletrabajo obligatorio y cierre de bares y discotecas.

De acuerdo a Froes, estas medidas son perentorias pese a la tasa de vacunación del país, puesto que “el impacto de ésta es muy superior a cualquier otra”. Añadiendo, “con esta nueva amenaza de la variante ómicron, algunas de estas medidas posiblemente deberán afinarse”.

En Portugal se detectaron el lunes los primeros casos de la nueva variante en un equipo de fútbol de primera división, uno de cuyos jugadores había viajado recientemente a Sudáfrica, país que informó por primera vez sobre la aparición de ómicron.

Para las autoridades portuguesas, así como para el personal sanitario, la vacunación continúa siendo una herramienta clave en el combate contra esta pandemia.

“La vacunación nunca fue considerada una cura, sino una prevención contra enfermedades graves”, indicó la enfermera Ana Marcelino, encargada de la campaña de vacunación en el municipio de Cascais, suburbio del oeste de Lisboa.

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