En tiendas elegantes o puestos callejeros, cientos de dispensarios de cannabis han proliferado en la capital de Tailandia desde su despenalización, pero sus promotores temen que el gobierno revierta los avances debido a la falta de claridad de la nueva ley.

El reino del Sudeste Asiático removió en junio partes de la planta de marihuana de su lista de narcóticos, lo que en la práctica permitió legalizar la sustancia, aunque lo hizo con una confusa ausencia de detalles.

Podría ser un cambio lucrativo para una economía dependiente del turismo golpeada por la pandemia. La Universidad de la Cámara de Comercio Tailandesa anticipó que el mercado podría alcanzar 1.200 millones de dólares para 2025.

Pero la falta de regulaciones claras han convertido a Tailandia en un mercado de hierba donde todo se vale, mientras los suplidores temen que un día tendrán que cerrar sus negocios.

A diferencia de Uruguay o Canadá, el consumo recreativo del cannabis sigue prohibido en el reino conservador de mayoría budista.

“La barrera para ingresar al mercado es muy baja”, advirtió Kajkanit “Gem” Sakdisubha, quien comenzó a cultivar cannabis luego de que su padre fue diagnosticado con cáncer.

Su local, llamado El Dispensario y parecido a una tienda de lujo, se especializa en hierba cultivada localmente por expertos en la materia.

“Yo sé que hay muchos otros grupos y otra gente que entró al negocio porque ven el lucro, pero no lo hacen con pasión”, comentó.

La firma digital WEED.in.th ha registrado 1.750 tiendas de cannabis con otras 450 en espera de autorización.

Pero vendedores como Gem están ansiosos por saber qué va a hacer el gobierno.

“Necesitamos ver el plan a cinco y 10 años, no mes a mes”, indicó. “Conozco gente que cerró sus tiendas porque no tienen seguridad”.

 

– Juegos políticos –

 

La despenalización apresurada generó festejos y condenas, y muchos expresaron su preocupación por las áreas grises de la ley.

Asimismo, una foto de un menor fumando hierba se viralizó a inicios de diciembre y desató un furioso debate.

El gobierno endureció recientemente algunas reglas sobre el comercio de hierba, prohibiendo la venta en línea, a menores de 20 años y a mujeres embarazadas, mientras el Parlamento tailandés continúa el debate sobre más restricciones.

En el distrito Thonglor de Bangkok, vendedores en camiones de Zaza Medical aguardan tener más claridad sobre su situación legal.

“Esperamos poder seguir vendiendo”, comentó el rapero y copropietario de la empresa, Guygeegee.

El cannabis tiene beneficios médicos, pero se requiere educación para asegurar que la gente conozca los daños potenciales de la droga, señaló Thongchai Lertwilairattanapong, del Departamento de Medicina Tradicional Tailandesa.

“Queremos regular el cannabis como el licor o los cigarrillos”, señaló.

Expertos en salud advierten que su uso excesivo de la hierba puede causar psicosis, y a largo plazo podría incidir en casos de asma, cáncer, pérdida de memoria y dificultad de aprendizaje.

Gloria Lai, directora regional del Consorcio Internacional de Política de Drogas, advirtió que la despenalización en Tailandia se hizo sin preparación adecuada.

“El gobierno tiene la responsabilidad, dado que lo impulsó, de educar al público”, afirmó.

– Confusión y caos –

 

“Es un poco confuso”, comentó el turista Sasha Leehorpertien, apuntando a su alrededor en un café de cannabis en Khaosan Road, el distrito mochilero de Bangkok.

Esta zona, de alto consumo de alcohol, acogió la despenalización del cannabis con una proliferación de vendedores a lo largo de la calle.

“No debería ser así”, comentó el visitante de 23 años, quien dijo apoyar la legislación pese a no saber qué dicen las leyes sobre el porro que estaba fumando.

“Me da miedo la cárcel aquí”, agregó mientras se alejaba de un bullicioso grupo de jóvenes croatas que encendía otro porro.

El boom incluso podría haber acabado para algunos.

Policías allanaron dos veces Khaosan Road en diciembre, detuvieron a vendedores que permitían fumar en interiores y arrestaron a comerciantes de la calle a los acusaron de operar sin licencia.

Pero a pesar de la incertidumbre, Teetat Wonykhan, cuyo hermano es dueño de Ganja Kingdom en Khaosan Road, está optimista. Dice que su hermano incluso quiere abrir una segunda tienda.

Asegura que clientes fumados son preferibles a los ebrios.

“Son tranquilos”, asegura. “La mayoría entra y dice ‘hola, hermano'”.

     

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