Los fiscales del juicio por el asesinato a golpes de un estudiante en la puerta de una discoteca del popular balneario argentino de Villa Gesell, hace tres años, pidieron el miércoles cárcel de por vida para ocho jóvenes de un mismo equipo de rugby, en un caso que conmociona a la sociedad del país.

“Solicito sean condenados a prisión perpetua como coautores por el delito de homicidio doblemente agravado por alevosía y concurso premeditado”, dijo uno de los fiscales, Juan Manuel Dávila, en su alegato final ante el tribunal de tres jueces en la ciudad de Dolores, a unos 200 km al sur de Buenos Aires.

El tribunal dará a conocer la sentencia el 31 de enero. La defensa de los ocho sentados en el banquillo, con edades de 21 a 23 años, hará su alegato el jueves.

El crimen de Fernando Báez Sosa, de 18 años, ocurrió el 18 de enero de 2020, en plena temporada veraniega, en la vereda frente a un local nocturno de Villa Gesell, a 375 km al sur de la capital, un destino juvenil muy concurrido en la costa atlántica argentina.

Aquella madrugada, Fernando Báez Sosa, estudiante de abogacía, hijo de un albañil y de una cuidadora de ancianos, ambos inmigrantes paraguayos, fue atacado por los ocho muchachos que se conocían de jugar al rugby en un club provincial de Zárate, a 90 km al norte de Buenos Aires.

Los acusados “formaron un círculo alrededor (de Báez Sosa). Todos lo golpearon y, cuando no, impedían auxiliarlo”, según el fiscal Dávila. “¡Maten al negro de mierda!”, dijeron testigos haber escuchado en el momento del ataque, agregó.

El código penal contempla reclusión perpetua para el homicidio agravado. Si los jueces, en cambio, dictaran sentencia por homicidio simple, la pena puede es de entre 8 y 25 años; y si fuera homicidio en riña, como argumenta la defensa, es de dos a seis años.

El caso motivó actos y marchas en reclamo de justicia y las autoridades del rugby impulsaron el dictado de cursos de comportamiento a casi 4.000 jugadores.

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