LIMA (AP) — Más de 300 venezolanos formaban fila el martes en la embajada de su país en Lima para iniciar los trámites para retornar a Caracas luego de que el presidente Nicolás Maduro ordenara la apertura de un puente aéreo.

Hombres y mujeres con sus pequeños hijos y algunos ancianos rodeaban la sede diplomática esperando que los funcionarios venezolanos los llamaran para inscribirse en el plan y lograr un cupo en un vuelo de regreso a su país. La semana pasada un primer grupo de 89 venezolanos que se habían establecido en Perú regresó a su país en un vuelo financiado por el gobierno de Venezuela.

Más de 2,3 millones de personas, un 7% de la población total de Venezuela, han dejado el país en los últimos tres años de acuerdo con cifras de Naciones Unidas. La mayoría se ha refugiado en Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.

Armando Salazar, de 50 años y del estado de Carabobo, comentó a The Associated Press que llegó en enero y trabajó varios meses limpiando los pisos de una empresa pesquera en el mayor puerto peruano. Sin embargo, el último mes “como se acabó el empleo” decidió vender botellas con agua en las vías principales de Lima. Dormía en un cuarto con otros cinco venezolanos que se quedarán en Perú, pero él prefiere regresar porque “las cosas también están difíciles aquí”, dijo.

Perú tiene una tasa de informalidad laboral mayor al 70%, de acuerdo con cifras oficiales, y según sondeos de la Organización Internacional para las Migraciones, el 85% de los venezolanos que emigraron al país trabaja en condiciones informales.

Roxana Velásquez, de 50 años, llegó hace un mes en busca de su hija, que está internada en un hospital psiquiátrico en Lima. La mujer, que durmió las tres últimas noches en las afueras de la embajada, relató que su hija se deprimió profundamente por no encontrar trabajo en Lima tras llegar a inicios de año luego de separarse de su esposo. “Prefiero cuidarla allá en Tucupita, mi ciudad”, dijo la mujer.

La embajada venezolana en Lima aún no ha decidido cuándo partirá el segundo vuelo a Caracas, dijo una funcionaria que prefirió mantener su nombre en el anonimato por no tener autorización para hacer declaraciones a la prensa.

A pocos metros de la embajada, el venezolano Armando Moncada, que trabaja como entrenador de la selección peruana de triatlón, aseguró que no regresará. Josué Hidalgo, un ex cadete de la escuela de Aviación Militar Bolivariana, añadió mientras vendía café caliente que “puedo juntar unas cuantas monedas para comer aquí. Allá ni siquiera eso se puede”.

Venezuela enfrenta una compleja crisis económica y social agravada por una hiperinflación, la escasez de bienes y una severa recesión económica que se ha extendido por casi cinco años.

Para hacer frente a la crisis, Maduro inició el mes pasado un plan económico que implicó una reconversión monetaria, un aumento del salario mínimo en más de 3.000%, un incremento del Impuesto al Valor Agregado y un ajuste de los precios de la gasolina.

No obstante, analistas y opositores han advertido que el plan acelerará la inflación, que alcanzó en julio una tasa anualizada de 82.766% y que según el Fondo Monetario Internacional podría alcanzar el millón por ciento este año.

El lunes durante un acto en el palacio de gobierno Maduro ordenó la activación de un plan social estatal que incluye los vuelos “para apoyar a todos los venezolanos que quieran regresar”.

La cancillería venezolana expresó que el anuncio del mandatario se da en el “peor contexto de la historia de la xenofobia a la que han sido sometidos los venezolanos y venezolanas en países como Perú, Brasil, Ecuador, Colombia, Chile y Argentina”.

Las autoridades venezolanas rechazan que exista una migración masiva de venezolanos que huyen de la crisis y aseguran que se trata de una “operación internacional” para “abultar” las cifras de migrantes y justificar una “intervención militar” en Venezuela.

Mientras tanto, representantes de Argentina, Brasil, Bolivia, Costa Rica, Colombia, Chile, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay discutían en Quito soluciones regionales al éxodo venezolano y la Organización de Estados Americanos fijó para el miércoles una sesión extraordinaria en la que tratará el tema en su sede en Washington.

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